Hace poco tiempo, viví en carne propia los martirios de un padre subyugado a las leyes chilenas en cuanto a la convivencia familiar se refiere.
Desde agosto de este año estoy separado, luego de años intentando que este frustrado matrimonio tuviese la fortaleza de seguir adelante, me rendí, me aburrí de ceder, me intoxiqué de ese ambiente venenoso, que es la mala convivencia en pareja y en conjunto, por primera vez en muchos años, pudimos ponernos de acuerdo en algo, con quién es mi ex pareja hoy: "Hay que dejar esto hasta aquí".
Llevamos lo nuestro a un tribunal de familia, donde dejamos oficialmente estipulado el llamado "cese de convivencia" que es una constancia donde dejas en claro que te vas del hogar en común, y posterior a un año puedes divorciarte legalmente.
Hace unas cuantas noches, estaba en la casa cuidando de mis hijos, mi ex me lo pidió como un favor, para que pueda ir a trabajar. Yo lo vi como una oportunidad más para poder disfrutar de mis hijos, así que de cierta forma, ambos salíamos ganando. El problema es que al día siguiente yo tenía que estar trabajando a las 7am, ya que mi ex salía de su trabajo a las 11pm, no era un problema para mi quedarme hasta las 11 y media o casi las 12 de la noche, puesto que igual, alcanzaba a dormir para irme a trabajar relativamente descansado.
Llegaron las 11 y media, comencé a llamarla para saber si ya venía en camino, no contestó. Pasadas las 2 y media de la madrugada, me contestó para decirme que venía en camino, a estas alturas de la noche mi hija menor ya estaba hecha un mar de lágrimas, puesto que está acostumbrada a tomar teta cuando está durmiendo. Evidentemente no podía satisfacer sus necesidades, salvo preparando leche en una mamadera. Con mi hija, tomando leche en su biberón, me dispuse a continuar llamando a mi ex, le pregunté que por qué no había llegado, y que era más que obvio que no estaba trabajando, me respondió con un simple "que te importa". Es verdad, a mi no me importa lo que ella haga o dónde ella esté, pero hay un límite para todo, y tiene que existir un mínimo de respeto, para con los hijos y conmigo a pesar de que no seamos pareja. Pero la pregunta que le hice no iba dirigida a con quién ella estaba, era mas bien para saber si tenía alguna razón que justifique su hora de llegada. Pero se puso a la defensiva de inmediato, dejando entrever que su actuar realmente no estaba justificado por motivos labores, sino que por motivos personales. Momentos después, siendo las 2:45am veo llegar un camión en la esquina de mi casa, luego de casi 15 minutos se abrió la puerta del copiloto y salió ella del vehículo. Llegó a la puerta de la casa, a pesar de tener llave, no pudo abrirla porque la tenía cerrada con pestillo. Golpeó la puerta y me acerqué para poder hablar con ella pero sin abrir.
Firmemente le pregunté por qué venía llegando a estas horas, si sabía que yo tenía que trabajar y que además mi hija duerme mal, no quiso responder, a lo sumo juntó un par de frases como "no te metas" o " no tengo por qué darte explicaciones".
Al ver su negativa y con la molestia absoluta que tenía debido a su falta de respeto con el acuerdo entre nosotros y con mis hijos, le dije a través de la puerta que podía irse por el mismo camino por donde vino, es decir, que llame al personaje que estaba en el camión y que se vaya con él. Dicho esto, fui a acostarme con mi hija menor, al cabo de un par de minutos, comenzó a llamarme, dejé mi celular en silencio, lo puse sobre el velador y abracé a mi hija para dormir.
Pasó una media hora, cuando escucho que se detienen un par de vehículos afuera de mi casa, miré por la ventana y eran los carabineros. Cerré la cortina y pensé "¿tiene el descaro de llamarlos?", se bajaron de sus vehículos tres oficiales, golpearon la puerta y abrí, se presentaron ante mi y comenzaron su procedimiento. Partió hablando ella, les reclamó que yo la había dejado fuera de la casa, que no tenía derecho de hacerlo y que era yo quien debía irme, posterior a esto, me tocó formular mi parecer al carabinero presente, ante lo que les dije las razones de mi actuar, les conté que ella debería haber llegado tres horas antes, que no contestó mis varias decenas de llamados y que me parecía muy irresponsable de su parte haber hecho esto.
El carabinero, dio un discurso sobre los niños y sus derechos, que lo que pasó en realidad era un problema personal entre ella y yo, y que ellos no tenían potestad para resolver el conflicto que teníamos. Dicho esto, los carabineros se dispusieron a irse del hogar, y justo en ese momento, hace aparición mi ex diciendo "quiero que él se vaya de la casa". El carabinero me miró y me dijo que debía irme, yo quedé estupefacto, por dentro no podía creer que con sólo decir que me fuera, ella tenía derecho a echarme de mi hogar.
Pensé "¿Ella comete el error y debo irme yo?". Me pareció indigno y humillante, pero tuve que obedecer en silencio la orden del oficial, de todas formas, sabía que no había manera de evitar esto.
Me vestí, con ropas de trabajo, puesto que en tres horas más debía entrar a trabajar. Busqué un par de herramientas manuales, tomé mi atado de cigarrillos y le di un beso a cada uno de mis hijos, estaban durmiendo, excepto la más pequeña, ella me abrazó sin entender lo que sucedía, me preguntó si tenía que irme al trabajo, le respondí afirmativamente. Tomó mis dedos con sus pequeñas manos y me besó, quizás sabía que lo necesitaba, quizás comprendía que su padre estaba obligado a irse del hogar. La besé nuevamente y le dije a mi pequeña ternura que la amaba profundamente, le pedí que no esté triste y le dije que pronto nos veríamos, ella se abalanzó sobre mi pecho y con sus brazos suaves rodeó mi cuello firmemente. Caminé hacia el umbral de la puerta y miré a mi ex a los ojos, noté en su mirada que no estaba arrepentida de lo que estaba haciendo, incluso pude percibir cierto aire de grandeza por haberme echado del hogar.
Bajé por los escalones hacía la salida de mi (ahora) ex hogar, detrás de mi, venían los oficiales, los miré y no entendían qué acababa de pasar, el oficial con mayor rango me pidió que me acerque a él. Con voz de mando propia de carabinero antiguo, me dijo que él no pudo pronunciarse mientras estábamos con mi ex, puesto que sería imparcial el procedimiento, me dijo además que me entendía, puesto que él es padre también, lamentó el no poder hacer nada al respecto, porque las leyes son favorables a las madres, y me deseó lo mejor con una firme palmada en mi espalda.
Sin un lugar dónde poder alojar y con un poco de dinero en los bolsillos, empecé a vagar por las calles mientras digería todo lo que había sucedido, me preguntaba cómo era posible este tipo de injusticias con quienes somos padres, pero no obtuve respuesta más que la de siempre: Las leyes chilenas favorecen a la madre. Mientras caminaba, saqué un cigarrillo, lo encendí con mucha dificultad, porque estaba temblando por el frío imperante a esas horas de la madrugada, le dí una gran bocanada a ese humo del tabaco y mientras penetraba la nicotina en mis pulmones, se detuvo el tiempo, vi a cada uno de mis hijos en mi mente, los vi alegres y jugando, un sentimiento de felicidad inundó mi pecho, pero sólo duró hasta que boté el humo por la nariz, luego, todo se vino abajo nuevamente.
Luego de vagar por más de tres horas, pasando frío y con mucho cansancio, me presenté en mi trabajo, me quedaban doce horas de labores allí. Comenzó la rutina nuevamente, pero en esta ocasión debía pensar cómo y dónde pasaría la noche que se avecinaba, debía pensar en cómo lo haría la siguiente noche, pero por sobre todo pensaba en cuando podría volver a ver a mis amados hijos...
Ésta entrada la hice, para desahogarme, no sé si les interesen mis problemas, pero este blog trata de apreciaciones y opiniones personales sobre el mundo y mis fracasos. Son libres de leer este post, si lo desean pueden opinar, pero es ésta una de las únicas salidas que tengo para poder descomprimir mi mente y mi alma de todo el dolor que me inunda
La canción para este post será "Fade To Black" del álbum "Ride The Lightning" de Metallica.
Al ver su negativa y con la molestia absoluta que tenía debido a su falta de respeto con el acuerdo entre nosotros y con mis hijos, le dije a través de la puerta que podía irse por el mismo camino por donde vino, es decir, que llame al personaje que estaba en el camión y que se vaya con él. Dicho esto, fui a acostarme con mi hija menor, al cabo de un par de minutos, comenzó a llamarme, dejé mi celular en silencio, lo puse sobre el velador y abracé a mi hija para dormir.
Pasó una media hora, cuando escucho que se detienen un par de vehículos afuera de mi casa, miré por la ventana y eran los carabineros. Cerré la cortina y pensé "¿tiene el descaro de llamarlos?", se bajaron de sus vehículos tres oficiales, golpearon la puerta y abrí, se presentaron ante mi y comenzaron su procedimiento. Partió hablando ella, les reclamó que yo la había dejado fuera de la casa, que no tenía derecho de hacerlo y que era yo quien debía irme, posterior a esto, me tocó formular mi parecer al carabinero presente, ante lo que les dije las razones de mi actuar, les conté que ella debería haber llegado tres horas antes, que no contestó mis varias decenas de llamados y que me parecía muy irresponsable de su parte haber hecho esto.
El carabinero, dio un discurso sobre los niños y sus derechos, que lo que pasó en realidad era un problema personal entre ella y yo, y que ellos no tenían potestad para resolver el conflicto que teníamos. Dicho esto, los carabineros se dispusieron a irse del hogar, y justo en ese momento, hace aparición mi ex diciendo "quiero que él se vaya de la casa". El carabinero me miró y me dijo que debía irme, yo quedé estupefacto, por dentro no podía creer que con sólo decir que me fuera, ella tenía derecho a echarme de mi hogar.
Pensé "¿Ella comete el error y debo irme yo?". Me pareció indigno y humillante, pero tuve que obedecer en silencio la orden del oficial, de todas formas, sabía que no había manera de evitar esto.
Me vestí, con ropas de trabajo, puesto que en tres horas más debía entrar a trabajar. Busqué un par de herramientas manuales, tomé mi atado de cigarrillos y le di un beso a cada uno de mis hijos, estaban durmiendo, excepto la más pequeña, ella me abrazó sin entender lo que sucedía, me preguntó si tenía que irme al trabajo, le respondí afirmativamente. Tomó mis dedos con sus pequeñas manos y me besó, quizás sabía que lo necesitaba, quizás comprendía que su padre estaba obligado a irse del hogar. La besé nuevamente y le dije a mi pequeña ternura que la amaba profundamente, le pedí que no esté triste y le dije que pronto nos veríamos, ella se abalanzó sobre mi pecho y con sus brazos suaves rodeó mi cuello firmemente. Caminé hacia el umbral de la puerta y miré a mi ex a los ojos, noté en su mirada que no estaba arrepentida de lo que estaba haciendo, incluso pude percibir cierto aire de grandeza por haberme echado del hogar.
Bajé por los escalones hacía la salida de mi (ahora) ex hogar, detrás de mi, venían los oficiales, los miré y no entendían qué acababa de pasar, el oficial con mayor rango me pidió que me acerque a él. Con voz de mando propia de carabinero antiguo, me dijo que él no pudo pronunciarse mientras estábamos con mi ex, puesto que sería imparcial el procedimiento, me dijo además que me entendía, puesto que él es padre también, lamentó el no poder hacer nada al respecto, porque las leyes son favorables a las madres, y me deseó lo mejor con una firme palmada en mi espalda.
Sin un lugar dónde poder alojar y con un poco de dinero en los bolsillos, empecé a vagar por las calles mientras digería todo lo que había sucedido, me preguntaba cómo era posible este tipo de injusticias con quienes somos padres, pero no obtuve respuesta más que la de siempre: Las leyes chilenas favorecen a la madre. Mientras caminaba, saqué un cigarrillo, lo encendí con mucha dificultad, porque estaba temblando por el frío imperante a esas horas de la madrugada, le dí una gran bocanada a ese humo del tabaco y mientras penetraba la nicotina en mis pulmones, se detuvo el tiempo, vi a cada uno de mis hijos en mi mente, los vi alegres y jugando, un sentimiento de felicidad inundó mi pecho, pero sólo duró hasta que boté el humo por la nariz, luego, todo se vino abajo nuevamente.
Luego de vagar por más de tres horas, pasando frío y con mucho cansancio, me presenté en mi trabajo, me quedaban doce horas de labores allí. Comenzó la rutina nuevamente, pero en esta ocasión debía pensar cómo y dónde pasaría la noche que se avecinaba, debía pensar en cómo lo haría la siguiente noche, pero por sobre todo pensaba en cuando podría volver a ver a mis amados hijos...
Ésta entrada la hice, para desahogarme, no sé si les interesen mis problemas, pero este blog trata de apreciaciones y opiniones personales sobre el mundo y mis fracasos. Son libres de leer este post, si lo desean pueden opinar, pero es ésta una de las únicas salidas que tengo para poder descomprimir mi mente y mi alma de todo el dolor que me inunda
La canción para este post será "Fade To Black" del álbum "Ride The Lightning" de Metallica.
"With great vehemence the hapless died"